Muchas veces no sabes diferenciar si tienes hambre real o ansiedad por la comida. Es verdad que la alimentación se lleva a cabo por diversos procesos fisiológicos pero, en realidad, la alimentación comienza en tu mente. Tu mente puede ser un gran obstáculo para poder empezar un plan de autocuidado saludable.
¿Cómo sabes si comes con hambre real o con ansiedad? Para ello, debes definirlas primero. El hambre real es aquella que se presenta cuando tu cuerpo te pide energía para seguir funcionando y él mismo te envía señales como, por ejemplo, la sensación de estómago vacío o ruidos estomacales. Este tipo de hambre te pide cualquier tipo de alimento.
En cambio, la ansiedad al comer se caracteriza por ser repentina y normalmente viene acompañada, como su nombre indica, de emociones. Por ejemplo, al estar triste, estresada, enojada o aburrida. Utilizas estas emociones como «excusa» para comer y no necesariamente cualquier alimento, sino uno que aumente la secreción de endorfinas o te transporte a un momento de felicidad que hayas tenido. Normalmente, son alimentos de alto contenido calórico, en especial los altos en azúcares.
Y ¿Cómo gestionar la ansiedad por la comida?
AUTOCONOCIMIENTO, conócete a ti misma.
Haz una pausa y reflexiona si realmente el hambre es real o es síntoma de estar sintiendo una emoción desagradable. El simple hecho de reflexionar al respecto es un gran paso para desarrollar lo que se conoce como “mindful eating”, una herramienta que te ayudará a conectar la mente con tu cuerpo, siendo consciente de tus necesidades.
Crea un patrón de alimentación sano.
Procura NO pasar muchas horas sin comer. Llevar una alimentación de 5 comidas (3 comidas principales y 2 suaves) puede ser una gran herramienta para gestionar tu ansiedad.
Aprende a cuidar tu cuerpo desde el amor y el respeto.
Si te preguntara cuánto tiempo llevas odiando a tu cuerpo, ¿qué me dirías? Mucho tiempo, ¿verdad? Cuando haces la paz y no la guerra contigo, reconociendo tus batallas, tu historia, sanando tus heridas y teniendo una actitud más amable contigo, es desde ese lugar donde comienza el cambio.
Recuerda que una relación adecuada con la comida involucra muchos procesos y se inicia en la mente. Tienes que entrenarla y ser consciente de lo que estás pensando, sintiendo y haciendo para que puedas tener una mejor relación contigo misma, con la comida y con tu cuerpo.